jueves, 23 de octubre de 2014

Arte en la Sierra de Albarracín

Este fin de semana pasado una amiga PaleoEducada visitó algunas cuevas con arte rupestre de la Sierra de Albarracín y nos mandó unas fotos. Así que hoy vamos a hablar de algunas de las cuevas de dicha cueva y se lo dedicamos a nuestra amiga Cristina.

En 1892 E. Marconell descubrió unos abrigos en roca con pinturas rupestres; se trataba de Toros del Navazo y Cocinilla del Obispo. Años más tarde se reconoció la singularidad de este espacio, ya que se trata del arte rupestre de Aragón más importante y singular.

Pero, antes de descubrir estas fantásticas pinturas…deberíamos saber un poco más sobre el arte rupestre. Seguro que a muchos de vosotros les viene a la cabeza los bisontes y las ciervas de Altamira… Pues bien, el arte rupestre es mucho más complejo de lo que podamos imaginar. En ese tipo de arte se representan animales, signos y figuras humanas, impresos en techos y paredes de abrigos, cuevas y rocas al aire libre. Estos motivos artísticos se pintan, se graban o se modelan en la roca. En el caso de la pintura, ésta se logra siempre a través de medios naturales (carbones, limonita, óxidos…). Este arte rupestre pasa por una serie de cambios a lo largo del tiempo: De esta forma, en las primeras representaciones artísticas aparecen elementos sencillos, compuestos por puntos, discos o trazos lineales, y en los que se pueden ver siluetas de animales desproporcionada. Como ya hemos dicho, a lo largo del tiempo se van sucediendo los cambios, representando a veces las figuras con realismo, y en otras, estos elementos se representan de forma esquemática.

En el caso de los abrigos de la Sierra de Albarracín, se observan dos tipos de estilos pictóricos prehistóricos característicos de todo el arco Mediterráneo; hablamos del Arte Esquemático y el Arte Levantino (también se ven representados otros estilos mucho más avanzados, llegando a representar arte pictórico en estos abrigos incluso en la Edad Media):

  • El Arte Levantino, como bien indica su nombre se representa en todo el Levante español. Este arte es propio de grupos humanos con una economía basada en la caza y la recolección, y es característico de la etapa epipaleolítica. De esta forma, en este arte se pueden observar escenas de caza, de ritos, de lucha, de iniciación o simplemente se representan animales individualmente. En cualquier caso, en todos los elementos se puede observar un intento de realismo y naturalismo. En el caso de la Sierra de Albarracín hay un claro dominio de ciervos, toros y caballos; por otro lado, estos abrigos también se caracterizan porque sus representaciones pictóricas son de mayor tamaño que otros ejemplos de Arte Levantino, aparte de que en esta sierra se utiliza pintura blanca en algunas de las figuras, una singularidad que tampoco se observa en otras zonas.


  • Por otro lado, en esta sierra también tenemos ejemplos del Arte Esquemático que, aunque nuestra amiga no nos ha podido mandar ninguna imagen, también es muy importante en esta zona. Este tipo de arte se desarrolla a partir del Neolítico y puede llegar a desarrollarse incluso en etapas finales de la Edad del Bronce (en este punto es necesario recordar que la Edad del Bronce es la última etapa de la Edad de los Metales, que, a su vez, es la última etapa prehistórica). En esta ocasión se tratan de grupos con una economía productora (agricultura y ganadería), que trae consigo nuevas culturas y nuevas creencias. De esta manera, en contraposición del realismo y naturalismo del Arte Levantino, en esta ocasión, su iconografía está basada en símbolos y abstracciones en las que los animales y figuras humanas se representan  en sus mínimas expresiones conceptuales, junto símbolos a través de círculos, cruces, espirales, líneas rectas o curvas… Sin duda representaciones de una cultura más compleja, tanto espiritual como socialmente. En la Sierra de Albarracín encontramos algunos ejemplos de este estilo pictórico, como en la Cueva de la Peña de la Moratilla de Frías de Albarracín, entre otros.

        
                          Representación faunística del Abrigo de los Toros del Prado del Navazo, en la Sierra de Albarracín

Cuánta maravilla y cuánto misterio nos queda por descubrir... ¿Qué tal si vamos juntos?

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