El viernes pasado, 16 de enero, hubiera sido el 83
cumpleaños de Dian Fossey, a la que muchos conoceréis por la película “Gorilas
en la niebla”, protagonizada por Sigourney Weaver y dirigida por Michael Apted…
Pero, ¿quién era Dian Fossey y por qué PaleoEduca escribe sobre ella?... Ha
llegado el momento de contaros una historia muy interesante…
Hacia los años 20 del siglo pasado nadie de la comunidad
científica europea creía en el origen africano del ser humano, a pesar de que
ya lo sugirió Charles Darwin en su obra “El origen del hombre”… o casi nadie...
En 1926, el arqueólogo, antropólogo y paleoantropólogo Louis Leakey viajó hasta
África, junto a su esposa Mary Leakey, para demostrar que, en efecto, nuestro
origen estaba en ese continente.
Además, quería demostrar que nuestros antepasados procedían
de alguna especie de primate, para lo cual, no sólo excavó en algunos
yacimientos africanos, llegando hasta Olduvai, yacimiento de cuya relevancia
podremos hablar en otro momento…. También quiso demostrar similitudes que
podríamos tener con primates de mayor tamaño, como los chimpancés, los gorilas
o los orangutanes. Así pues, en 1956 envió a su secretaria, Rosalie Osborn al
Monte Muhabura para que estudiara a los gorilas; pero fue una misión fallida,
ya que a los cuatro meses ella regresó a Inglaterra. Entonces Leakey consideró
hacer el trabajo él mismo, pero una joven Jane Goodall atrajo su atención y al
final la mandó hacia la Reserva del Gombe, en Tanzania, donde debía estudiar
las poblaciones de chimpancés. Y fue así
como comenzó la maravillosa historia de Los ángeles de Leakey, conozcamos un
poco a estas tres maravillosas mujeres.
Valerie Jane Morris Goodall, nacida en Inglaterra el 3 de
abril de 1934, es una importante naturalista, activista primatóloga conocida a
nivel mundial. Mensajera de la Paz de Naciones Unidas ha recibido más del
centenar de premios a lo largo de toda su vida. En 1958, mandada por Leakey
viajó a Tanzania, donde creó el Centro de Investigación de Primates de Tigoni,
el cual se formó gracias a las aportaciones del National Geographic Society y
la Fundación Wilkie, las cuales permitieron asegurar la financiación de las
investigaciones y proyectos de los tres ángeles. Dicho centro hoy se conoce
como el Instituto de Investigación de Primates del Museo Nacional de Kenia en
Nairobi. Un año después de la creación del centro, en 1959, Mary Leakey halló
el que fue el primer fósil de un homínido en África, y, por aquel entonces, los
restos de homínidos más antiguos (de los sucesivos descubrimientos de la
familia Leakey y de su relevancia hablaremos en otro momento). En 1960, Jane
Goodall descubrió a uno de sus chimpancés utilizando un palo para sacar
termitas de un termitero, lo que significaba que el ser humano no era la única
especie que utilizaba herramientas. Dicho descubrimiento, junto a las
observaciones y estudios de Goodall cambiaron la percepción que se tenía sobre
los primates.
En 1963 la zoóloga estadounidense Dian Fossey viajaba hacia
las montañas Virunga, entre Ruanda y El Congo. Allí conoció al arqueólogo Louis
Leakey, y comenzó a observar y estudiar los comportamientos de los gorilas.
Atraída por estos bellos animales, comenzó una guerra contra los cazadores
furtivos de aquellas montañas, ganándose la enemistad de muchas personas. En
1967 creó el Centro de Investigación Karisoke, donde se estudiaba y se
observaba a los gorilas de las montañas. En 1978 creó la Fundación Digit, que
hoy recibe el nombre de Dian Fossey Gorilla Fund International, nacida para
evitar la caza furtiva de los gorilas. En 1983 Fossey publica su obra “Gorilas
en la niebla”. Sólo dos años después, el 26 de diciembre de 1985, fue hallada
muerta en su cabaña, había sido asesinada por un machete que ella mismo
confiscó años atrás al jefe de los cazadores furtivos, y que lo expuso como un
trofeo en una de las paredes de dicha cabaña. La última entrada de su diario
decía:
“Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa
menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para
el futuro”.
La primatóloga alemana Biruté Galdikas, nacida en 1946, fue
la última en llegar a escena. Apoyada por Louis Leakey, y patrocinada por la
National Geographic, viajó, en 1971, a la reserva natural de Tanjung, en las
selvas de Borneo (Indonesia), para estudiar a los orangutanes. Ella también se
convirtió en una activista defensora de los orangutanes, creando la Orangutan
Foundation International, que actualmente dirige.
En una de sus obras, donde
habla sobre sus aventuras con los orangutanes (“Reflexiones del Edén”, 1995)
habla sobre estas tres mujeres como Los Ángeles de Leakey, y es así como se las
conoce actualmente.
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